Valencianas que dan el triunfo a España

Valencianas que dan el triunfo a España

Sostres, con su desdeñoso modo de zaherir en sus columnas, dejó escrito la pasada semana en ABC que «el fútbol femenino es otra pancarta de la propaganda hembrista que ocupa páginas y portadas que no guardan proporción con su interés ni audiencia». Y en el mismo artículo, sin bajar el nivel de su habitual displicencia, añadía que «el fútbol femenino no será nunca relevante porque se basa en el agit-prop del género y no en la calidad del juego, inevitablemente viril».

El éxito obtenido por la Selección Española de Fútbol Femenino es una razón de peso suficiente y capaz de rebatir todos los argumentos rebozados en prejuicios como los mostrados por Sostres. Yo, que cada vez estoy menos interesado por el fútbol – excepción que hago con el Ontinyent CF porque está fuera de ese indecente y pútrido mercado de traspasos y fichajes tan estratosféricos como obscenos— me decidí ver un partido de la Selección Española por razones de paisanaje al saber que una de sus jugadoras había nacido en Aielo de Malferit (Ivana Andrés Sanz, que además es la capitana) y que otra, Aitana Bonmatí Conca es hija de un ontinyentí.

Sostres, Salvador, para un culé como tú, que a lametones tratas de curarte las decepciones que te endilga el quebrado y fraudulento Barça, que ha demostrado por razones nada éticas y estéticas «ser mes que un club», el fútbol femenino debería haberte resultado un verdadero regalo. La elegancia de su juego, la habilidad, la capacidad de superación española después del Pearl Harbor sufrido, la plasticidad de varios de sus goles constituyen un catálogo de virtudes balompédicas de las que carecen la mayoría de los equipos formados por señoritingos, eso sí espléndidamente pagados.

Para los independentistas de toda laya y condición un triunfo de España les resulta más desagradable que una purga de aceite de ricino y tanto o peor que el Real Madrid vuelva a ganar la Champions. Todo lo contrario que para quienes disfrutamos y nos enorgullecemos de éxitos como el conseguido por las futbolistas españolas. Y si el éxito responde, paradojas de la vida, en buena medida por las aportaciones de quienes han mamado separatismo y odio a España en sus casa, como otros de la misma camada no se cortan en manifestarlo por escrito, la complacencia todavía es mayor y más gratificante.

Reflejo del nivel de desquiciamiento político y humano de los «separaindepes» son los tuits publicados en los que arremeten contra Aitana Bonmatí. Copio lo que escribe un tal @josepPolakez: «Ja que no ho diu ningún ho diré jo: Aitana Bonmatí traïdora i botiflera». Este otro @PonsPereAntoni, nos informa de que «el pare de la millor jugadora del Mundial (que escribe con mayúscula) i de la selecció espayola (en minúscula en este caso) va ser, 30 anys enrere, brutalment torturat per la Guàrdia Civil (por si acaso, mayúsculas), a instancies d’un jutge espanyol molt progre i en una operació d’estat absolutament avalada pel PSOE. La putissima Espanya és exactamente això». Y quien tuitea como @LaPiuletaPiula, se lamenta: «Quina vergonya, @AitanaBonmati. Com pots faltar el teu pare d’aquesta manera».

Con «aquesta manera» tan habitual, constante y repetida de expeler sus odios no hacen sino dar cuenta de la altura a que ha llegado el nivel de acumulación en la ciénaga de su convivencia. Detritus en forma de resentimientos, tirrias y neuras, como los independentistas catalanes han inoculado en su sociedad hasta desquiciarla como demuestran estos cenutrios en sus tuits.

Sostres, por mucho que trates de zaherir con tus mordacidades al fútbol femenino, que sepas que ha venido para quedarse y triunfar. Y tú acabarás reconociéndolo y yendo a confesar esos y tus otros muchos pecados ante el mismo Papa que tan mal te cae. Y sí, Rubiales dimisión, destitución o cese.